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Estudiante de la Universidad de Columbia hizo su pasantía en la Facultad de Comunicación y Letras UDP y trabajó en el corpus de poesía más grande de Chile en formatos electrónicos

14 septiembre 2022

Diego Plaza realizó su pasantía online bajo la tutela de Ricardo Martínez, profesor de la Escuela de Literatura Creativa UDP.

A través del programa Global Virtual Internship de la Universidad de Columbia, Nueva York, llegó el alumno Diego Plaza a realizar una pasantía en la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales durante julio y agosto de 2022.

“Me interesé por la posición en un principio porque quería aumentar mi familiaridad con escritores y poetas chilenos, considerando mi propio historial como chileno nacido y criado muy lejos de casa. Tener la oportunidad de no sólo aprender más sobre literatura chilena, sino que poder aprender sobre poetas no tan conocidos ha sido un gran privilegio”, escribió Diego al respecto en la web de Columbia Global Centers.

“Se contactaron conmigo desde el nivel central UDP por medio de decanato y nosotros hicimos una postulación en medio de un proyecto de larga data que hemos emprendido”, comentó el profesor Ricardo Martínez, con quien trabajó el alumno proveniente de una de las universidades más importantes del país norteamericano.

El proyecto en cuestión consiste en “levantar el catastro -el término técnico es ‘corpus’- de poesía más voluminoso de poetas de Chile en formato de textos electrónicos, esto es, leíbles por un computador. Este proyecto se ha venido realizando por medio de cuatro prácticas electivas entre 2021 y este 2022 y por él han pasado una docena de practicantes”, explica Martínez.

A la fecha, se han registrado 15.360 poemas de 1.117 poetas chilenos de toda la historia del Chile republicano (que comprende el periodo entre el siglo XIX al XXI), lo que totaliza 485 mil versos y más de 2 millones y medio de palabras.

  • Considerando que fue una pasantía online, ¿cómo era la forma de trabajo que tenían con Diego?

La forma de trabajo consistía en reuniones semanales de un par de horas por Zoom en que yo le señalaba algunas tareas por realizar a Diego que ayudaran a completar el trabajo de catastro, en especial atendiendo a que él pertenece a una universidad de la Ivy League y en consecuencia tiene acceso al extraordinario sistema de bibliotecas, tanto físicas como electrónicas de la Costa Este de los Estados Unidos. Del mismo modo le iba mostrando el proyecto, en particular, el otro módulo del mismo que es nuestro analizador automático de los aspectos formales (métricos) de los poemas, el SICAM, así como explicándole la historia de la poesía hispana, latinoamericana y chilena, amén de recomendarle libros de teoría que discutíamos y conversábamos en la sesión siguiente durante las nueve semanas que tuvimos la suerte de trabajar en equipo.

  • En sus palabras, ¿en qué consistió la labor de Diego?

Diego realizó búsquedas de textos difíciles de encontrar en Chile en las bases de datos de Columbia de poetas chilenos no representados en el conjunto de datos del corpus original, así como de poemas recopilados para la base de datos de fuentes digitales. También buscó poemas físicamente poemas en la red de bibliotecas cuando no existían fuentes digitales.

  • ¿Cómo fue la experiencia para usted?

Conocer cómo opera el manejo de fuentes documentales de literatura en las colecciones de la Ivy League y, por ejemplo, acercarme a lo que dice relación con sistemas como CLIO o Digitalia Hispánica. Diego, además hizo trabajos de lo que se llama “scan request” que es un modo de pedir la digitalización de documentos aún no digitalizados. Diego viajó a otros lugares de la Costa Este en sus vacaciones y pudo visitar otras bibliotecas en el proceso, por lo que no solo se trató de un trabajo remoto, sino que se una aventura de descubrimiento de la poesía física, tanto para él como, a distancia, para mí.

  • ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que tuvo que superar usted? ¿Y en conjunto?

En medio de las enormes colecciones de textos de que se dispone en los sistemas de registro bibliográfico en los Estados Unidos y en especial en las legendarias bibliotecas de la Costa Este, aún así, no existe mucho de literatura chilena, por lo que hubo algo de frustración. Estimamos que el trabajo de Diego Plaza significó aumentar el volumen de nuestro catastro en unas cien, ciento cincuenta mil, palabras en todo caso, pero ello fue luego de muchos ires y venires.

  • ¿Cómo cree que este proyecto beneficiará al estudio de la poesía y la literatura chilena y latinoamericana?

Esta pasantía se enmarca en un proyecto de largo alcance que pretende descubrir patrones y trazar un panorama pormenorizado de la historia, la geografía, el género, los movimientos, las generaciones literarias poéticas en Chile, por lo que el resultado de estos esfuerzos y del verano (invierno) de la pasantía dará frutos pronto, pero también a lo largo de muchos años de acá en adelante.

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